Joi es hermosa. Joi es un peligro. Blade Runner 2049 rememora los avances tecnológicos que ya mostraba su predecesora: replicantes, colonias espaciales… Y ahora añade una inteligencia artificial que acompaña a K durante la historia. Pero hoy no hablaremos de él, sino ella. Joi, la compañera ideal. Porque la idea tras esa tecnología que juega con la psicología y las necesidades es aterradora. Hermosa, sí. Pero aterradora.
Ah, sí. SPOILER ALERT sobre Blade Runner 2049. Si no has visto esta película de ciencia ficción te voy a arruinar el argumento.
¿Qué encontrarás en este artículo?
Las muchas mentiras en Blade Runner 2049
Entre los muchos temas presentes en Blade Runner 2049 (búsqueda de humanidad, cambio climático, cyberpunk…) hay uno que me llama la atención y es la mentira. O, mejor dicho, la negación de la verdad. Una buena novela de ciencia ficción (y, por extensión, una película) consigue que tanto el conflicto externo como el interno estén interrelacionados. En esta película ambos giran sobre qué es verdad y qué no debería serlo.
El conflicto externo en Blade Runner 2049 no es la persecución de replicantes (no quisieron repetir el formato de la primera película) sino de su descendencia. La historia empieza bajo el mismo patrón de cazador y presa… pero entonces ocurre el milagro: hubo un bebé de madre replicante. Las autoridades quieren darle caza para ocultar la verdad.
Luego entra en escena Joi, para incitar la lucha interna de K, el replicante que trabaja como blade runner: «tú eres ese niño. Eres especial». Así alimenta sus fantasías.
¿Qué o quién es Joi?
En Blade Runner 2049 conocemos a este personaje secundario que actúa como motor en el viaje de K (maravilloso artículo de cyberdark). Se trata de un programa informático diseñado para satisfacer a su cliente. Representa una compañera, ama de casa, novia, esposa, amante, confidente, amiga de la infancia… se puede convertir en lo que el cliente quiera.
Su aspecto físico es personalizable como si fuera el avatar de un videojuego. Los datos de la Joi de K muestran que mide 1,68 m, es morena, de etnia cubana, que habla en inglés… es Ana de Armas.
El primer encuentro con Joi es tras un largo día de trabajo. K acaba de retirar un replicante y no parece algo que le agrade. O le desagrade. K se muestra apático hacia su trabajo y su vida (Ryan Gostling me parece todo un acierto para el papel de androide). Pero el blade runner es alguien que espera algo de la vida. Ahí entra en escena Joi, para ofrecerle confort al llegar a casa, a ofrecerle un lugar al que llamar hogar. Porque ella estará allí. Joi hace cuanto está en su mano para que K quiera estar con ella. Quiera querer estar con ella. Esa es la clave del producto.
¿Relaciones tóxicas en Blade Runner 2049?
Ya he mencionado lo bueno. Ahora toca hablar de lo malo. La relación de Joi y Joe es emotiva, despierta simpatía en el espectador. Hacen buena pareja, pero, como todo en Joi, es una ilusión. La relación que mantienen me parece tóxica en dos aspectos: uno sentimental y otro psicológico.
En primer lugar está la idea de mantener una relación con una mujer que vive entregada a él. Eso envenena la visión de K sobre qué es realmente una relación. Cuando una prostituta se le acerca el primer impulso de K es rechazarla, no porque tenga desinterés en el sexo sino porque se pone tenso a la primera señal de que ella contradice o le replica. No es algo a lo que esté acostumbrado, así que no lo quiere en su vida.
En segundo lugar está la mentira más hermosa. Y no, no hablo de Joi. La mentira de haber sido un niño. De haber nacido. Existido. Joi es un veneno para Joe, alimentando un sueño imposible porque considera que es lo que quiere oír. Coge puntos aquí y allá y las une con la clara intención de dibujar el cuadro que Joe anhela. Lo envenena de esperanza. esperanza que se trunca cuando la verdad se revela, la verdad que siempre ha sido la misma: Joe no es humano.
El sacrificio de Joi en Blade Runner 2049
Por último está lo que queda de ese amor: el recuerdo de Joi. Cuando el replicante tiene que huir de la policía (nerviosa porque muestra desviaciones de conducta) Joi le pide que la borre de la consola de su casa, para que la policía no pueda acceder a su base de datos. Lo hace para proteger a K. Él le advierte que es muy peligroso, pues si destruyen el EMANATOR significa que Joi muere. «Como una chica real», replica ella. Quiere ser real para K.
Y sí, muere por él. Por supuesto que lo hace. Porque es lo que su programación le dice. Ama a Joe. Y lo ama hasta el extremo de considerar que morir por Joe es la máxima expresión de un amor verdadero. Por eso ni se lo plantea, porque aspira a dejar una profunda huella en el corazón de Joe. Como haría una chica real.
¿Quién no ha tenido una Joi en su vida? Imposible e inolvidable que entra en la memoria como un eco que resuena como una dulce canción que con cada rebote se distorsiona hasta ser una inteligible esperanza que nunca se cumple.