✖ Crítica de Ad Astra: bien de cifi, demasiado de Brad Pitt

Compartir

Está claro que Ad Astra no es la película de ciencia ficción que todo el mundo puede disfrutar. No es divertida en su sentido más estricto, tampoco te tiene al borde del asiento con su tensión. Y los personajes secundarios son poco más que maniquíes. Pero hay «algo» en la historia que nos presenta esta pequeña odisea de Brad Pitt que deja un regusto amargo —trágico— del que merece la pena hablar. Algo que la hace, en cierto modo, memorable.

Ad Astra es una película con un tono muy frío

Es una película seria, como si Ad Astra no quisiera entretener. Tiene una premisa simple para que el espectador la entienda con rapidez y presenta de inmediato al protagonista para que sepamos a quién seguir. Pero en esos dos elementos ya se presenta como una película seria: el fin del mundo es un asunto grave que debemos solucionar, y el protagonista es un hombre muy competente que pone su trabajo por encima de los problemas familiares. Hombres serios responsables de asuntos serios.

Muchos silencios, conversaciones carentes de emociones (al menos en buena parte de la película). Planos que procuran romper la belleza del espacio u otros planetas. Todo parece deliberado para mostrarnos la «normalidad» de un futuro que ya no asombra, porque para los personajes es cosa del pasado y a nadie le emociona lo que puede encontrar en los libros de historia. Viajar a la Luna es como subir el Everest hoy en día, no todos lo hacen pero basta con proponérselo. Los medios están a tu alcance si quieres gastar un buen dinero en unas vacaciones diferentes.

Comercialización del espacio

Azafatas yendo y viniendo constantemente de la Luna (la fuerza del despegue tiene que pasarles factura a su salud, seguro). 125 dólares por una almohada. Apple y Subway en Luna. Anuncios por todos lados, como si fuera un Tokio cyberpunk. Investigaciones (seguramente ilegales) con primates en el espacio. De todo eso está lleno Ad Astra, y es algo que me ha encantado ver.

El ser humano ha logrado establecer colonias en el espacio. Luna es la más desarrollada y Marte queda en segundo plano. Seguramente la distancia ha influido en un lento desarrollo. Pero, ¡hey! Tenemos la Luna. ¿Y qué es lo primero que hacemos con ella? Convertirla en un centro comercial.

Que sí, que hay empresas mineras haciendo sus cosas de minería espacial (el Helio-3 es muy abundante ahí arriba) pero la imagen que nos presenta Ad Astra es la de una Luna tan comercializada como los viajes espaciales, con hoteles, restaurantes, tiendas y todas esas frivolidades ajenas a la idea de fundar una colonia espacial. Y este es un mensaje generalizado en Ad Astra. El mundo es el mismo, solo que más avanzado. La gente sigue con su mentalidad del día a día, y quiere comodidades allá donde esté. Aunque sea en otro planeta.

Las aguas internacionales de Ad Astra

Y donde hay dinero también hay crimen. Eso lo deja claro la película de Ad Astra. Fuera de los muros de la colonia lunar, ese gigantesco casino/hotel/supermercado hay aguas internacionales. Dunas de polvo que solo el paso de los vehículos perturban. Y tras esas dunas hay bandas de piratas, al más puro estilo somalí, que secuestran y piden rescates, más o menos protegidos por países que hacen la vista gorda a cambio de un comisión en el rescate.

La ilegalidad no termina ahí, en el gran vacío oscuro del espacio hay naves que experimentan. Laboratorios que contienen material peligroso, tanto que probablemente estén prohibidos en La Tierra. De modo que jugar a la ciencia siniestra es algo que muchos países practican con la impunidad que otorga la distancia.

La comercialización del espacio y la zona sin ley entre planetas es lo que más me ha llamado la atención. Y casi la única razón para valorar una película que… ni fú ni fá. Clic para tuitear

Una película sobre Brad Pitt (su personaje)

Ad Astra, la película de Brad Pitt
Incluso en el cartel solo aparece Brad Pitt

La película sigue y gira en torno los periplos de Roy McBride (a quien llamaremos Brad Pitt) para investigar el origen de unas tormentas magnéticas que están arrasando La Tierra. Se cree que el padre de Brad Pitt es responsable o tiene algo que ver, de modo que envían a Brad Pitt para que haga cosas de Brad Pitt.

Y a simple vista eso sería la película. Dos horas de Brad Pitt en el espacio. No me quejo en absoluto del personaje, me ha gustado mucho y se le ve decidido, de esos que ante un problema buscan una solución en lugar de culpables. Nunca pierde la iniciativa y tiene muy presente el objetivo final de la película: salvar a la humanidad por mucho que él pierda o sufra por el camino. Alguien centrado.

Lo que no me gusta es ese carácter tan frío que le han dado. Ausente de trato humano que roza lo psicopático, incluso sus muestras de empatía parecen consecuencia de «las normas sociales». Alguien ha sufrido un accidente, debería preguntar por él. Ha cometido un error, pero como no ha habido consecuencias finjamos que no ha pasado.

Secundarios absolutamente malgastados en Ad Astra

Mi principal problema con esta película, y es gordo, es lo fácil que resultaría quitar a los secundarios y la película funcionaría igual. Bueno, no quitarlos, cambiarlos por una herramienta que cumpla su función. Son el novamás del anonimato. Aparecen para resolver un problema, lo resuelven, y se desvanecen entre el polvo lunar. A menudo he dicho que tienen la movilidad de un maniquí.

No entiendo qué hace Liv Tyler en la película, pues creo que no pronuncia una sola línea de diálogo. Donald Sutherland está ahí para hacer de hombre enfermo, cuya muerte (o no, no está claro fuera de cámara) no contribuye a nada (al igual que el tiempo que pasa junto a Brad Pitt). Todavía no sé cuál es su papel en el viaje y creo que sobraba.

Podrías quitar a los secundarios y la película funcionaría igual. Así de malgastados están. Clic para tuitear

La tripulación de la nave espacial está para demostrar una vez más lo cualificado que está Brad Pitt, especialmente en lo concerniente para no matarse. Y la mujer marciana añade un poco más de profundidad a esta desalmada colonización espacial que se muestra en Ad Astra, pero ella como personaje solo está para abrir una puerta.

En definitiva, Ad Astra es una película estándar. Una decepción similar a la que me llevé al ver Máquinas mortales. No me llama en especial la atención y que solo se salva por la naturalidad con la que muestra cómo las colonias espaciales se convierten en frívolas estructuras de hacer dinero. ¿La historia de Brad Pitt con su padre (Tommy Lee Jones), verdadero argumento de Ad Astra? Pues ni le he dedicado un párrafo. A ver si echan algo mejor en la cartelera. O me pongo a leer una novela de ciencia ficción.

Compartir

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *