≫ El fracaso económico de Gilead en «El cuento de la criada»

Compartir

Te guste o no cómo se está desarrollando la historia en El cuento de la criada (una nefasta tercera temporada me ha dejado escéptico) es inevitable que pienses en la República de Gilead como un estado opresor que merece ser derribado. Pero que nadie se preocupe, con o sin revolución la República de Gilead se irá a la mierda, y la verdad no creo que haga falta que June se esfuerce mucho. Los opresores desaparecerán por culpa de un nefasto modelo económico donde nadie trabaja en esta serie de ciencia ficción. O, al menos, nadie trabaja por el desarrollo económico del país.

He de decir que este artículo es poco serio, ya que nació de un comentario entre cervezas. Lo he escrito como una especie de crítica hacia la simplificación de los conceptos y los arquetipos de personaje, hasta el punto de que todo el mundo encaja en uno u otro. Hablemos de lo absurdo que es el worldbuilding de Gilead desde un punto de vista económico.

Gilead, el país donde todos matan…

A medida que descubrimos más y más sobre Gilead nos damos cuenta de que tienen una imaginativa violencia, especialmente en las ejecuciones públicas. Los ahorcamientos son con grúas industriales o en estadios de Béisbol vacíos (mira, también se han cargado los deportes). Se menciona que a las que usan anticonceptivos se las dan de comer a los perros (aún vivas). Los violadores (los comandantes no, los otros) son lapidados. Los adúlteros ahogados en piscinas olímpicas. La lista de crueldades es interminable. Estos dictadores de tres al cuarto tienen mucha imaginación en cuanto a la violencia.

… y nadie trabaja

Toda la imaginación que les falta en otros pilares de la sociedad, como es el empleo. Si lo piensas bien, jamás se ve a nadie trabajar en ese país. Todos están vigilando o matando. Y, aún más, interesante, aquellos que trabajan son absolutamente invisibles. Los productos de las fábricas y el campo están ahí, pero no quienes los han conseguido.

En las calles no se ven coches. ¡Nunca! Como si todo el país estuviera constantemente en toque de queda. Jamás verás a nadie con ropa de calle, solo uniformes, así que las tiendas de ropa están más que jodidas.

Nada, absolutamente nada en esta sociedad es normal. Es un mundo vacío, carente de habitantes o de vida misma. Solo hay opresores y oprimidos. Nada más.

Trabajo y economía en Gilead

He aquí la lista de empleos conocidos en Gilead. Me hubiera gustado empezar con las mujeres, ya que son las más relevantes en la historia, y poder gritar: ¡Ninguna trabaja! Aunque no sea cierto. Allá donde vayas parece que casi todos los oficios han sido vetados a las mujeres, lo cual arranca a Gilead de la mitad de su fuerza productiva, pero en primer lugar quiero hablar de los comandantes, que son la raíz del problema, y, por extensión, los hombres.

Comandantes de Gilead

La cima de la pirámide social. Hay muchos, pero muchos, muchos, hablo de la cantidad incorrecta de ellos. Están por todas partes aunque luego solo hay cuatro o cinco que parecen importar. Además, comandante no parece un rango sino un título, porque más adelante vemos que hay Grades Comandantes, a lo cual no le veo más sentido que ser un jefe de jefes. Hasta ese punto tenía la impresión de que todo se decidía por una especie de Parlamento formado por estos comandantes.

Así que, veamos. Estos cuentan como los políticos así que su labor es dirigir el país. Bien, reconozcamos que eso sí es un empleo. Alguien tiene que dirigir este desastre de país hacia más desastres. El problema, como antes he dicho, es que son muchos. ¡Están por todos lados! Y el problema no es su número, sino los números que los acompañan.

Las esposas

Las esposas de los comandantes son como esas damas de la alta sociedad cuya labor es la de organizar eventos… que luego hacen realidad las Marthas. Serena es una esposa más activa, pues en el ámbito privado colabora con su marido. Pero de cara al público es esa mujer que debe lucir bien en su vestido monocromático y acompañar a su marido. Ellas no trabajan.

Marthas

Una de las escasas fuerzas laborales de este país. Ellas cargan con todo el peso de la gestión de la casa: cocina, limpieza, mantenimiento… las labores del hogar. Trabajadoras incansables pero que, por desgracia, no son una fuerza productiva. Tan solo aseguran el bienestar de la familia del comandante.

Los chóferes

Una mezcla de conductor y guardaespaldas. Allá donde va el comandante, también va él. Cumplen una labor de protección (pues los comandantes están en verdadero peligro) pero, una vez más, no son una fuerza productiva.

Las criadas de Gilead

Los personajes principales de la serie. Su labor es procrear. Y poco más. De vez en cuando salen a hacer la compra a unos supermercados donde los productos siempre están a la vista pero no hay nadie salvo criadas y guardianes. Ni reponedores ni gente en las cajas, nada.

El resto del tiempo lo pasan en su prisión doméstica o como parte de sus absurdos ritos de adoctrinamiento. Y si dan a luz… pues ya va siendo hora de que vuelvan a procrear. Esclavas sexuales, tampoco contribuyen. Para colmo, son las que quieren derribar el Estado.

Guardianes

El trabajo más inútil de la serie. Son esos tipos que van por las calles con ametralladoras, con sus radios encendidas en bucle (el técnico de sonido es un poco perezoso y todas las radios pronuncian las mismas sílabas ininteligibles) y de vez en cuando ejecutan gente.

No contribuyen a nada salvo a inspirar miedo, porque como vigilantes tampoco son unos incompetentes: todas las Marthas y criadas conspiran delante de sus narices, en el supermercado o en la calle. Son un completo desperdicio y una boca más que alimentar.

Ojos

Un tipo especial de guardián. Es un agente encubierto que se dedica a vigilar la sociedad desde dentro, desde el anonimato, e informar de actividades desleales. Teniendo en cuenta la de conspiraciones y atentados que hay, son aún peores en su trabajo que los guardianes.

Ángeles

Estos son soldados. Punto. Luchan contra los enemigos externos del país en su cruzada. De nuevo, no son una fuerza productiva y encima hay que alimentarlos, además de proporcionarles armas y munición.

Tías

Posiblemente la profesión más odiosa de Gilead. Son las carceleras, torturadoras y comecocos de las criadas, procuran el «bienestar» de las chicas, especialmente en cuanto a actitud, y castigan su mal comportamiento.

Su labor es siempre vigilante (sí, más vigilantes en esta sociedad) y se aseguran de que el rebaño se mantiene en el redil, ya sea mediante crueles actos de violencia compartida o castigos físicos y psicológicos a una criada en concreto.

También actúan como guardianas (las de más bajo rango, imagino) en las colonias, el único lugar donde verás a alguien trabajar, aunque sea para producir tierra radiactiva que… algún uso tendrá, digo yo.

En definitiva, ni Dios trabaja en Gilead

Para concluir me llena de orgullo y satisfacción anunciar la inminente caída de Gilead porque nadie, absolutamente nadie, trabaja en ese país y todo el sistema se colapsará ante tal nefasto modelo económico. Casi se me olvida, hay médicos, pero ellos tampoco son una fuerza productiva, ofrecen un servicio esencial, que será aún más esencial cuando tengan que atender casos de desnutrición cuando empiece a escasear la comida.

Igual por eso se mata tanta gente en Gilead, puede que sea una nueva forma de racionar la comida. Que a nadie le sorprenda, teniendo en cuenta lo imaginativos que son al matar.

Compartir

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *